Ejercicio con propósito
Desde muy pequeña mi papá siempre ha sido un ejemplo de como el ejercicio es primordial para una vida sana; muchos de mis primeros recuerdos de el, son de verlo corriendo, cruzando metas en carreras y maratones, entrenando o poniéndose las tenis, toda la vida ha sido un hombre activo y apasionado por el deporte.
Recuerdo como desde muy niña, nos levantaba temprano a mi hermano, a mi hermana mayor y a mí para ir a "entrenar," nos ponía a estirar antes de empezar y luego salía a "correr" con nosotros, lo que hoy calculo podrían ser 800 metros, siempre nos felicitaba y nos motivaba a hacer lo mismo al día siguiente.
En lo personal yo nunca he sido una muy buena corredora, ya que corro lento, me gustan las distancias cortas y no soy muy competitiva. A diferencia de mis hermanos nunca gané un primer lugar en la escuela, pero si me gustaba y me entusiasmaba salir con ellos.
Conforme íbamos creciendo, él siempre nos motivaba a hacer ejercicio, movernos y nos explicaba que de esto iba a depender nuestro bienestar y después de tantos años de escucharlo creo que esto caló profundo en mí, y me hizo ser una persona a la que hasta el día de hoy le gusta ejercitarse.
Una vez que fui diagnosticada, muchas cosas cambiaron dentro de esto estaba la manera en la cual me ejercitaba, recuerden que cuando esto sucedió, no contábamos con glucometros, ni tabletas de glucosa, no había mayor cosa con la que pudiéramos determinar que estaba sucediendo con mi cuerpo mientras me ejercitaba. Aún así, tanto mis papás como yo estábamos claros que el ejercicio me iba a permitir manejar de mejor manera mis niveles de azúcar puesto que el médico nos lo había dicho varias veces.
A razón de todo esto, mis papás llegaron a la conclusión de que la mejor idea era que fuera a clases, un lugar más controlado donde en caso de algún bajonazo la profesora supiera que hacer, a la vez normalmente iba con mis hermanas y ellas sabían perfectamente que hacer en caso de que algo sucediera. Recuerdo perfectamente como mis papás siempre me motivaban a seguir y mantenerme activa, y una vez que tuvimos nuestro primer glucometro nos dimos cuenta todos de cuan importante era el ejercicio en el control de mis glicemias.
En todo este tiempo no me había vuelto a pasar por la cabeza la idea de salir a correr, pero por ahí del 2005, recuerdo que un día me levanté y pensé que quería salir a correr, nada exagerado, quería probar hacer una vuelta cerca de mi casa de no más de 45 minutos, por lo que llamé a mi doctor y le expliqué y el me dijo: " Daniela, andá, hacelo, eso sí, medite el azúcar antes, durante y después del ejercicio y si te sentís mal para inmediatamente".
Después de hablar con el así lo hice, recuerdo que mis hermanas me vacilaban por que decían que al salir parecía un "power ranger" ya que salía toda equipada con bulto para andar mi glucometro, jugo, agua, teléfono, dinero y si tenía tabletas de glucosa pues también las andaba.
Empecé de a poco y conforme pasaban los días como es usual me iba sintiendo más cómoda, tanto que un día iba toda contenta, tanto, que olvidé parar a la mitad del trayecto a medirme el azúcar.
Por circunstancias de la vida justo ese día tuve una fuerte hipoglucemia, de lo poco que recuerdo es de como un guarda de un condominio por el que normalmente pasaba se me acercó a tratar de ayudarme, cuando ya me recuperé, me dijo que yo no respondía ninguna de sus preguntas que solo le decía "jugo, jugo" y le señalaba el bulto, por lo que el procedió a abrir mi bulto y darme el jugo que tanto pedía. Tuve que llamar a que me vinieran a recoger y recuerdo que ese día y muchos días después estuve, triste, asustada, avergonzada, incómoda y muy enojada.
Llame a mi doctor para explicarle lo sucedido y me dijo "Daniela, lo siento, siento que hayas pasado tremendo susto, pero de quien era la responsabilidad de medirse?" Sin lugar a dudas esa ha sido una de las mejores y más duras lecciones de mi vida, en el momento me quedé fría y me percaté que si yo hubiera hecho lo que correspondía probablemente lo pude haber anticipado, más al no hacerlo, pasó lo que pasó.
Después de varios días de estarlo pensando, decidí volver a intentarlo y no caer presa de mis temores y así lo hice.
Un tiempo después de esto una de mis grandes amigas de la universidad fue diagnosticada con cáncer, y ella siendo una mujer valiente y positiva nos invitó a hacer la famosa carrera "Corre por mí." Como explicaba antes competir no es lo mío, aparte que gracias a las enseñanzas de mi papá yo estoy acostumbrada a entrenar de madrugada antes de desayunar e inyectarme pues en mi caso el ejercicio y en especial la corrida me bajan el azúcar; y esta carrera era a las 9am pero mi amiga lo valía y decidí hacerla.
Días antes de la fecha mi papá siempre tan amoroso me acompañó a entrenar y me dijo que él la iba a correr a mi lado para acompañarnos a mi otra amiga Mari y a mi a llegar a la meta.
Una media hora antes de la salida, los nervios y el calor "me pasaron la factura" y se me bajó el azúcar, decidí tomar mis 15grms de carbohidratos y esperar, mi papá me dijo que si quería me podía retirar, pero no sin antes hacerme saber que él iba a estar a mi lado todo el recorrido y que él sabía lo podía hacer.
Justo antes de la salida, mi glicemia estaba perfecta y salimos, si soy completamente honesta no lo disfruté tanto, creo que la hipoglucemia me debilitó un poco, luego antes del final más bien se me subió el azúcar y el calor me hizo el recorrido eterno, pero confieso que el llegar a la meta y ver a Vane hizo que todo pasara y tuviera sentido, tanto así que al año siguiente la volví a hacer para celebrar su total recuperación.
Poco tiempo después de esto tuve un accidente y por mucho tiempo no pude correr más, pero nunca deje de hacer ejercicio y hoy ya recuperada lo estoy volviendo a intentar al lado de mi hermana mayor como en los primeros años y estoy feliz y veo como esto mejora no solo mis glicemias pero mi respiración, mis niveles de estrés y mucho más.
Yo estoy clara, que lo de todos no es correr, o nadar o bailar, pero es importante tener claro que el ejercicio tiene in propósito que va mas allá de estar delgados, el propósito es cada uno de nosotros, es lograr mantenernos sanos a través de los años, no importa si usted nunca ha hecho nada, de nada a 5 minutos de diferencia, hay 5 minutos de diferencia y eso ya es mejor que nada.
El ejercicio es importante para todos los seres humanos, pero para aquellas personas con diabetes lo es mucho más, nos hace la vida más fácil, nos da alegría y nos mantiene sanos.
No se de por vencido, ejercítese por amor a usted y a los que le aman, si nos mantenemos sanos, es probable que estemos más felices mucho más tiempo.